Evita errores en la reforma de tu cocina
A la hora de planificar la reforma de una cocina también se cometen errores. Algunos resultan anecdóticos y otros pueden comprometer seriamente un buen resultado. Repasamos las equivocaciones que hay que evitar al afrontar cualquier reforma de cocina.
Habitualmente, en la cocina se prepara la comida, se lava la vajilla y se guardan alimentos y bebidas. Pero también se desayuna e incluso, en ocasiones, se socializa. Se trata, en suma, de un espacio que ha de servir para que varias cosas diferentes se hagan a gusto y con comodidad, y un enfoque eminentemente práctico no debe estar reñido con una estética agradable y armoniosa cuando de planificar una reforma se trata.
Todo se puede lograr si se ordenan correctamente las prioridades, y eso nos lleva al primer error frecuente: valorar el aspecto estético por encima de todo y dejar en un segundo plano la funcionalidad. Pero hay más decisiones erróneas en las que se suele caer:
Dedicar escasa superficie a la encimera
Pocas cosas se agradecen más en una cocina que una amplia superficie horizontal despejada para trabajar. En caso necesario, puedes plantearte añadir una isla si el espacio y la disposición lo permiten. Cuanto más te guste cocinar y más tiempo pases en la cocina (lo que incluye también el desayuno), mayor valor darás a una encimera grande y cómoda.
Descuidar la ubicación de los puntos de luz y los conductos de extracción
Además de aprovechar en lo posible la iluminación natural, una cocina debe contar con una luz general y otras específicas para cada área de trabajo. A la hora de distribuir los enchufes conviene recordar que varios electrodomésticos pequeños de uso corriente, como batidoras o cafeteras, necesitarán siempre uno accesible.
También los conductos de extracción son olvidados con frecuencia en la planificación de una reforma. La campana extractora no es un elemento de decoración, y el diseño atractivo no debería prevalecer sobre un funcionamiento correcto. Solo este garantiza la eliminación de la grasa y los olores que se generan al cocinar, algo particularmente importante si la cocina se abre a otra estancia de la vivienda. Cuando más corto, recto y regular sea el conducto, mayor será su eficiencia.
No reservar suficiente espacio de almacenamiento
Resulta un serio inconveniente no disponer de sitio para guardar todo lo que debe almacenarse en una cocina. Proyecta tu reforma de modo que se aproveche la altura de la habitación y se minimice el desperdicio de espacio sin obstruir ninguno de los servicios. Hay multitud de muebles diseñados para que saques rendimiento a todos los metros disponibles.
No planificar la distribución de acuerdo con el triángulo de trabajo
El concepto de triángulo de trabajo hace girar el diseño de la cocina en torno a tres zonas: la placa de cocción, el frigorífico y el fregadero. En ellas se desarrolla la mayor parte de la actividad, y nuestra reforma debe asegurar que todas resulten accesibles sin estorbo alguno.
También cuidaremos de que la suma de los lados del triángulo no sea inferior a tres metros para permitir que dos personas trabajen al tiempo sin agobios. Si es superior a los ocho, sin embargo, acabaremos haciendo más kilómetros en la cocina que en la máquina del gimnasio.
No dejar la labor en manos de profesionales
Diseñar la reforma de una cocina no es una tarea sencilla, y en manos de una persona no experta los errores, olvidos y descuidos se pueden dar con facilidad.
Resulta, por ejemplo, esencial hacer las mediciones correctamente y tener en cuenta rodapiés, falsos techos y otros aspectos de la estancia para poder planificar de forma eficiente. También es conveniente que el diseño no comprometa posibles reformas o mejoras futuras. Lo usual es que esos detalles no sean tenidos en cuenta por no profesionales y que, en un tipo de actuación que siempre busca el máximo aprovechamiento del espacio, se generen problemas por esa razón.
Por otro lado, el conocimiento de la normativa, los materiales y las diferentes posibilidades para ofrecer soluciones a necesidades concretas no está en el bagaje de quienes no se dedican a este sector.
Confiar en la experiencia de los profesionales no solo lleva a un resultado mejor en un plazo más corto, sino también a un coste más reducido. La razón es simple: no se improvisa, no se han de rectificar errores sobre la marcha y la reforma final responderá a lo previsto inicialmente.
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